domingo, 4 de diciembre de 2011

love,love♥

Querido amor de mi vida: 
En la mañana de hoy, he decidido escribirle una epístola en la que narre lo que siento por usted. Comenzaré por decirle un verso, que significa mucho para mí, “no hay mayor obstáculo en la vida que la capacidad de sacrificio de uno mismo”, un verso con el que he alcanzado a aprender infinidad de valores. Déjeme que le diga vida mía, que gracias a usted he aprendido a volar sin alas, a llorar sin temer y a reír sin parar, y sobre todo he aprendido a ser feliz. Felicidad que hubiera sido imposible sin su compañía. Discúlpeme, pero todo corazón late mientras tenga un motivo para hacerlo, y yo sé mi motivo, usted. Ansío de estar consigo toda mi existencia, queriéndolo, cuidándolo, amándolo, y ayudándolo en todo lo que me sea posible. Lucharé contra el tiempo ya que este no es más que una vana ilusión, lucharé contra difíciles distancia, acortadas por el amor. Acabaré mi narración agradeciéndole por su grata compañía, por su apoyo moral en los malos momentos, por estar a mi lado a pesar de los millones de defectos que forman parte de mí, por todos esos recuerdos que invaden mi alma nada más pensarle, y por todo este amor que siento hacia usted. No quiero vivir sin sentirle amor mío, porque no hay nada más difícil que vivir sin el amor de su vida. Cruzar su mirada diariamente con la persona a la que ama y no poder decírselo es cruel, buscar el lugar apropiado para llorar sin que le vea es desdichado, y amarle hasta morir no es más que un destino. Y es verdadero, el destino lo hacemos nosotros mismos, pero mi destino sin usted no es más que este. Mi epístola no acaba aquí, puede continuarla, porque usted conoce mejor que nadie mis sentimientos. Y antes de irme, quería recordarle una última cosa, no le voy a dejar marchar de mi vida, el tren de su vida solo pasa una vez, y yo ya he subido en el mío. 
Posdata: Le amo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario